La fuga de Logan

Alguien debería tomarse la molestia de hacer un listado de las películas mitificadas durante la infancia y que, para conservar la inocencia y la belleza del recuerdo, no deberíamos volver a ver jamás; o incluso mejor, en lugar de listarlas, alguien debería tomarse la molestia de destruir todas las copias de según qué cintas para conservar nuestra felicidad... porque encima a alguien se le ha ocurrido la peregrina idea de hacer un remake ¡pánico en las calles!

A estas alturas es obvio que acabo de ver La fuga de Logan y me ha parecido un absoluto aburrimiento... y eso que la idea no es mala y, para ser del 76, los efectos, si bien no son estupendos, son dignos para la época en la que fueran hechos. 
Michael York es Logan 6, un sandman (al no tener incorporado al personaje a nuestra cultura lo traducen como vigilante) cuya misión es capturar -y matar- a aquellos que, cumplidos los 30, no se fían un pelo de que carrusel los renovará (los devolverá a la vida) y deciden huir fuera de la ciudad. Logan sí se fía del carrusel, y aunque nunca ha visto a nadie que se haya renovado sí cree en la posibilidad de volver a nacer (aunque nacer no es un término preciso), por lo que no comprende cómo hay quien prefiera huir a una muerte que da por segura -en cuanto el cristal implantado en la mano se ponga negro el día que cumplan 31- en lugar de participar en la posibilidad de la renovación. A Logan le quedan cuatro años pero, tras capturar a uno de esos descreídos, le encargan la tarea de encontrar el santuario en el que se supone se refugian -o lo intentan- aquellos que huyen y, para ponérselo más complicado, lo reprograman de manera tal que parece que él es uno de los runners y huye porque su tiempo ha terminado. Quizá en los setenta (o en los sesenta, que es cuando se publicó el libro en el que por cierto la edad para renovarse no son 30 sino 21) fuera original pero ahora la sola idea de que sea su compañero del alma el que va tras él para cazarlo, y que incluso viendo lo que ven (al mismísimo Peter Ustinov en el papel de anciano) sigue en su fanatismo profesional, produce el inmediato aburrimiento de ver una foto que no te dice nada por enésima vez.

En definitiva vale que la película es mítica, que la historia es conocida pero, al menos yo, no recordaba los detalles y estoy segura de que si me pusiera a contarla de principio a fin, escena a escena a alguien que no la haya visto, salvo que sea un ermitaño que no ha visto ciencia ficción en la vida, nadie me acusaría de reventársela a base de spoilers porque, insisto, seguro que en su momento fue muy original pero ahora esta misma historia se ha contado tantas veces... ¡y encima dura DOS horas con cutre historia de amor incluida! Mi tolerancia es muy alta (y para muestra un botón, el otro día vi Megapirañas que es pura basura y me lo pasé pipa precisamente por eso, porque era tan mala -pirañas grandes como ballenas que se comen hasta submarinos nucleares- que me reí a carcajadas) pero, si hay algo que no le puedo perdonar a una película, es que me aburra, y La fuga de Logan es un 9 sobre 10 en la escala de aburrimiento.

Ahora bien, en cuanto acabe lo que estoy leyendo, y porque soy un poco masoca, veremos qué tal el libro :)

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