Jane Eyre

El libro elegido este mes para compartir con el Club de tortura lectura es la archiconocida novela romántica Jane Eyre de Charlotte Brontë que, junto a su hermana Emily, codificó el romanticismo literario en la novela con la idea que hoy tenemos del mismo... porque el Romanticismo literario es bastante más complejo de lo que pueda pensar alguien que no tenga a bien estudiarlo más o menos en profundidad (vaya por delante que es un movimiento que, aunque conozco de forma muy superficial, detesto profundamente), y eso por no hablar de sus complejidades filosóficas y políticas...

Jane Eyre es un clasicazo, qué duda cabe, la GRAN novela romántica inglesa... Así que, en vista de que no me ha gustado nada de nada, deduzco que el problema es mío y no del libro, que lo he leído con dos siglos de retraso, vaya:
Jane Eyre es una pobre huérfana que vive recogida por unos parientes que la detestan tanto que, como Jane tiene carácter desde su más tierna infancia -aunque tiene un corazón enorme (uso esas expresiones para mimetizarme con la prosa de Charlotte)- deciden enviarla a un colegio con otras huérfanas pobres donde la vida es durísima pero, como la dureza forja el carácter, también se puede ser más o menos feliz. En los ocho años que pasa en el colegio presenciamos lo horrible que es ser una niña pobre en el siglo XIX -hambre, frío, ropa fea, humillaciones, muerte...- hasta que la autora decide que ya nos ha espeluznado lo suficiente y tenemos en un párrafo a una Jane con 18 años que decide dejar el colegio para ver mundo y se hace institutriz en casa del señor Rochester... Es una novela romántica, y Rochester es un señor feo, duro, con patillas gordas, rico, que anda enamoriscado de las de su clase hasta que un día... y ahí va una sucesión de tópicos hasta el final...

El problema de leer un clasicazo como Jane Eyre es que, aun sabiendo que cuando se publicó era originalísimo, no hay manera de escapar de un "esto ya lo he leído/visto", y no me refiero a la trama (confieso que la desconocía en gran parte) que, dos siglos después, es tan previsible como los disparates de SyFy... y el ejemplo no es casual, en los disparates de SyFy -me encantan- se sabe quién vive y quién muere aunque la vida/muerte contradiga toda lógica, el argumento principal e incluso las leyes de la física; en Jane Eyre el culebrón está servido de principio a fin y aunque pueda sorprender al lector un giro concreto de los sufrimientos de la pobre Jane, que tanto sufre ella que es tan piadosa y modesta, si Charlotte escribiera eso hoy, por más clásico que sea, sólo se lo publicaría Harlequin (en su versión asexual, si la tiene) y es porque las pautas del género, como decía al comienzo, las marcaron las Brontë y han tenido imitadores en contingente que hoy escriben culebrones venezolanos y telefilmes de A3

Doy por hecho que el libro está maravillosamente bien escrito, la prosa cuidada pero, en primer lugar, es que es MUY romántica, y a mí el Romanticismo me empalaga con sus:
Desesperanzada como estaba respecto al futuro, no habría deseado cosa mejor sino que el Creador hubiese arrebatado aquella noche mi alma de mi cuerpo, evitándome una ulterior lucha con el destino 
¡Dios mío! ¿Qué ilusión es esta? ¿Qué dulce locura me ha acometido? 
Me pareció una coincidencia demasiado sobrenatural e inexplicable para comunicársela 
(Aunque casi casi le perdono el almíbar cuando me encontré con la mala leche que destila a veces:
Una sana educación inglesa corrigió en gran parte sus defectos franceses)
Y, en segundo lugar, por alguna razón que se me escapa, la edición que manejaba, de la Editorial Austral (sí, tú, Editorial Austral), da VERGÜENZA AJENA; plagada de laísmos y otras incorrecciones gramaticales que sacan al lector de la trama por muy profundamente que se meta en ella, con traducciones inconcebibles en algunos pasajes... Hay tropecientas mil ediciones digitales gratuitas, compré la de Austral porque me dio confianza, porque quería una buena edición que además estuviera prologada... Siempre leo los prólogos (me refiero a las ediciones críticas) después de haber leído el texto, para no ir demasiado condicionada, pero esta vez, con semejante edición, me lo voy a saltar...

Salva la novela que es más o menos entretenida y sí es cierto que el personaje de Jane está perfilado (pero también es el estereotipo -que sí, que es original de las Brontë- del que después se nutrió el Realismo -para ridiculizarlas- con su Ana Karenina, Madame Bovary, Ana Ozores y tantas otras) Jane es una mujer fuerte, decidida, de las que no esperamos en el XIX (ojo, las había ya de antes; lean a Jane Austen -hay que leerla con cualquier excusa- o incluso observen, por ejemplo, los personajes femeninos de La Celestina), pero soy una lectora del XXI y no he conseguido suspender la incredulidad del todo, he visto demasiado que no hay fisuras en ella: es modesta -siempre- tiene carácter -siempre- es buena -siempre, incluso cuando es mala es buena- y eso, si no fuera porque está en primera persona y porque Charlotte escribe muy muy bien la convertiría en un personaje plano precisamente porque es la heroína romántica de manual... pero, insistamos una vez más, de un manual que crearon las hermanas Brontë...

En conclusión, nunca pensé que me horrorizaría tanto un clásico, pero no me hagan demasiado caso en esta ocasión, lean Jane Eyre, que yo les recuerdo la advertencia inicial: con contadas excepciones, soy alérgica al Romanticismo literario.

El debate, que lo habrá en cuanto mis compañeros empiecen a defenderlo, pueden seguirlo en el Club de lectura 2.0, así como leer las reseñas entusiastas de los otros lectores residentes: Bichejo, Carmen, Desgraciaíto y Newland.