La posibilidad de una isla

El libro elegido este mes por nuestro amado Club de Tortura Lectura es La posibilidad de una isla del autor francés Michel Houellebecq.


Me encanta la ciencia ficción, la buena ciencia ficción, quiero decir. El fin de semana estuve en unas jornadas frikis en Fuenlabrada en las que -entre otras muchas cosas- se presentó un libro con relatos distópicos -Mañana todavía- y había uno que, aunque promete mucho más de lo que al final da, me resultó especialmente interesante y es especialmente pertinente para abordar La posibilidad de una isla, el relato en cuestión trata como futuro espeluznante la posibilidad de que lo políticamente correcto se convierta en ley y, directamente, nos convirtamos en imbéciles... El señor Houellebecq lleva eso más lejos todavía y, para no volverse imbécil, decide que pasarse la vida hablando de pollas, porno, judíos, musulmanes et al. con intención ofensiva es una forma de arte, una manera de mover a la reflexión... pero es TAN burdo que no consigue ofender, sólo aburrir profundamente.

La historia de la novela gira en torno a dos tiempos, uno el presente, en el que un cómico bastante cretino se hace millonario a base de escandalizar a las masas y nos cuenta su vida, sus amores, sus espectáculos y todo lo hace diciendo barbaridades todo el tiempo, mucho cacaculopedopis en estos capítulos; con ellos se alternan otros en los que un clon de Daniel -el cómico cretino- relee lo que ha escrito y lo analiza y, poco a poco, nos va introduciendo detalles de su vida, de cómo es la sustitución de un clon por el siguiente (porque es una manera un tanto bichorista de alcanzar la inmortalidad por la puerta falsa en un mundo donde no hay apenas relaciones humanas... de hecho se llaman a sí mismos neohumanos) y son partes que resultan interesantes pero son de una frialdad ártica. Podría parecer que pasamos del calor del cretino malhablado (no me escandaliza el lenguaje, insisto una vez más, no me ofende, me toca las narices la forma tan burda de tratar de captar mi atención con su cacaculopedopis vacío de contenido) al frío del clon, pero no, el resultado de la novela es que ni frío ni calor, ni buena prosa, ni interés por ese futuro distópico, ni por ese presente lleno de nombres famosos... Un gran vacío, un rollo repollo o, como seguramente diría el cómico cretino, una puta mierda pinchada en un palo que no le recomendaría a nadie. 

Insistamos una vez más, no me ofende lo más mínimo el lenguaje soez -yo misma soy bastante malhablada- sino la búsqueda de provocación con un mecanismo tan estúpido ¡con la de maneras que hay de ofender de manera inteligente!

Desconozco si a alguno de mis compañeros les ha gustado algo La posibilidad de una isla así que le propongo, amado lector, descubrirlo juntos en sus respectivas casas: Bichejo, Desgraciaíto, Newland y Carmen. Enjoy!

2 comentarios:

  1. Respecto a la distopía de un futuro donde lo políticamente correcto es ley te recomiendo que leas el impactante cuento "Harrison Bergeron" de Kurt Vonnegut
    https://es.wikipedia.org/wiki/Harrison_Bergeron

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