Lugares donde se calma el dolor

El libro elegido este mes por el Club de Tortura Lectura, más Club de Tortura que nunca, ha sido el del exministro de Educación, César Antonio Molinas, Lugares donde se calma el dolor... y no puedo estar más de acuerdo con el título, un libro que calma el dolor con la misma intensidad que lo calma la anestesia, esto es, provocando un sopor infinito que hace que el mundo de alrededor sea indiferente al que se sumerje en sus páginas.

César Antonio Molina nos propone un viaje deslumbrante lleno de erudición y paisajes... pero como todo aquello que es deslumbrante, o te encanta o te aburre soberanamente y, para mi desgracia, yo me he metido en el segundo grupo tan de lleno que aún no sé si he conseguido salir del libro o sigo atrapada en él sin remedio en un coma permanente (y no será porque no me he hecho lectura creativa que diría Bichejo)... Lo peor, lo que realmente me duele, es que tiene algunas páginas realmente extraordinarias y la escritura es magnífica ¿cómo no perderse de la mano en un paisaje abrumador con alguien que sabe tanto? pero no me han compensado, no he conseguido sentirme interesada, querer visitar y, para colmo de males, cada vez que he terminado uno de los viajes que propone el autor, lo he olvidado por completo, como todo aquello que -maldita palabra- me aburre ¿se imaginan que Dante no recordara nada nada de lo que el enseña Virgilio? pues así estoy yo, pasé por el purgatorio (infierno jamás) con la esperanza de que tarde o temprano acabaría llegando al paraíso pero no fue así, ni mucho menos.

Soy consciente de que esto ni es reseña ni es nada, pero es que no me atrevo a no recomendar el libro, y menos aún a recomendarlo, he subrayado mil cosas pero ninguna me dice nada una vez terminado. Pero el problema no es Lugares donde se calma el dolor, el problema es que no me duele nada en estos momentos a mí, que soy lectora de novelas y esto no es una novela sino una enciclopedia escrita por un erudito asociada a lugares... y verán, yo no soy muy de paisajes.

Me consta que a una parte de este, nuestro Club de Tortura Lectura, sí le ha gustado el libro, así que pásense por sus casas, no se queden jamás con una sola opinión, y menos si es negativa: Desgraciaíto, Carmen, Bichejo y Newland.