El libro de este mes para el club de lectura 2.0 es, sencillamente, una delicia que leí hace menos de un año y que he vuelto a visitar hoy mismo como quien va a ver a un viejo amigo sabiendo que el tiempo que pase con él va a ser, a pesar de la brevedad de lo compartido, profundamente agradable. Podéis leer las otras reseñas aquí, aquí y aquí.
84, Charing Cross Road no cuenta una historia en sentido estricto, de hecho 84, Charing Cross Road no es ni siquiera un título; En el número 84 de la calle Charing (llevo horas muerta de risa con este absurdo chascarrillo de "la calle Charin" que seguro sólo me hace gracia a mí, no me peguen y permítanme tan libérrima traducción) se encuentra una librería que irá recibiendo las peticiones de una pintoresca escritora americana en la inmediata posguerra. En esta curiosa relación epistolar (que es real, por cierto -dijo la bloguera, como si fuera un detalle menor) tenemos de un lado a una escritora judía que vive en Nueva York y del otro los trabajadores de la librería Marks Co. libreros que se escriben durante años con la excusa inicial de la búsqueda de libros raros y de segunda mano pero que, casi de inmediato, irán regando de detalles vitales, regalos diversos y mucha, mucha generosidad... y generosidad de la que de verdad cuenta.
A través de las cartas veremos no sólo los detalles de la vida de los personajes (más expuestos y personales si se trata de las mujeres) y, por supuesto, los extensos gustos literarios de Helene -una mujer que, como Cervantes, se lee todo lo que cae en sus manos, incluso el papel de envolver:
“Vivimos en una época depravada, destructora y degenerada, en la que una librería -¡una LIBRERÍA! – no tiene el más mínimo reparo en destrozar hermosos libros antiguos para emplear sus páginas como papel de embalaje […] Han roto ustedes el libro en mitad de una gran batalla… y ni siquiera consigo averiguar de qué guerra se trataba”
Sino que también podemos comprobar que el tópico de que los ingleses son más reservados que los estadounidenses es absolutamente cierto, y ahí tenemos a Helene regañando a Frank, tratándole como a un viejo amigo, casi desde la primera carta mientras que del otro lado la amabilidad se mantiene en todo momento y, a la hora de meterse en terrenos personales en lugar de preguntar uno se presenta, se expone primero.
Y por supuesto está todo lo que hay detrás, el racionamiento, los regalos, las diferencias culturales, la comida Kosher y un sinfín de detalles que riegan el libro para ver que las nuevas tecnologías no inventaron las relaciones (relaciones de verdad) a distancia, sólo las hicieron más rápidas.
Me encantaría conocer a alguien tan interesante como Helene, me gustaría tener una librería de cabecera como esta del número 84 de Charing Cross Road... If only
Es un libro muy bonito. La cita que pones también la tenía yo subrayada y me reí mucho con ella.
ResponderEliminarEs que Helene a veces es tan tú...
ResponderEliminarEs verdad lo de que se cumplen los tópicos del carácter inglés y americano. Y lo bueno es que no es inventado, o impostado, puesto que las cartas y los personajes son reales. Hace poco he leído el libro de "La sociedad literaria de Gernsey..." y la autora es americana: tiene el mérito de clavar el humor inglés, pero no deja de ser una ficción. Buen apunte.
ResponderEliminarHola Bichejo, Carmen, ND y Livia,
ResponderEliminarNo vale con que a uno le guste leer, sin más. Para que te apasione este libro(como creo q a Bichejo, q lo ha recomendado) supongo q tienes q ser un loco de los libros sin conocimiento, de esa gente pelín friki, fetichista, q quiere TENER sus libros, y demás rituales. "Soy di, y soy uno de esos" (es esto un grupo de terapia?), y esta correspondecia toca todas nuestras teclas.
He ido a mis archivos, a ver qué escribí del libro cuando lo leí, y os lo pensaba pegar aquí. Sólo escribí unas citas, q resumen eso perfectamente. Creo q las colgaré maniana en nuestro blog... gracias por la retroalimentación! ;)
muxus
di
En... YA... me tengo que meter a leer locamente novelas sobre UNA cosa en particular (gracias a diosito que son novelas y no tochacos) y ya estoy sufriendo (y eso que es un tema elegido) porque no hay mayor placer que leer a lo loco, leer algo sesudo y continuar con algo liviano mmmmm qué placer.
ResponderEliminarAmericans Vs British... es tan grande el contraste entre Helene y los demás que casi golpea mientras se lee; lo que me preocupa es que me he sentido muy europea en el sentido más estúpido del término, a saber: Helene me encanta, me divierte mucho, pero me parece muy directa, demasiado directa, censurablemente directa... Luego Bich ha dicho eso de "Helene a veces es tan tú" y me he relajado porque me sentía muy mojigata (me explico: Frank & Co me estresan en sus formas, pero, curiosamente, me siento mucho más cercana a ellos que a Helene)
Es el primer libro que he podido leer después de chorrocientos chorrilibros. Me he sentido orgullosa de mi misma por no dispersarme y "desconectarme" de la historia desde el principio que es lo que me estaba pasando últimamente. Debe ser cosa del embarazo, por favor decidme que esta falta de concentración se pasa!! xDDD
ResponderEliminarAdemás me ha encantado, Helene tan americanamente directa y los libreros tan british, tan correctos y marcando distancias... Parecen tópicos, pero sabiendo que son cartas reales, queda patente que esas diferencias existen y son marcadas (o al menos lo eran más claramente en aquellos años)
Se acerca el cumpleaños de mi madre y estoy pensando en regalárselo, me parece una muy buena opción (he salido lectora como ella y sabe apreciar un buen libro) =) También me planteo ver la película, creo que puede ser interesante :)